Estamos en un periodo donde las deudas son constantes debido a gastos que hicimos en las fiestas decembrinas, por eso surge la pregunta: “¿existen deudas buenas y deudas malas?”. La respuesta la iremos descubriendo a lo largo de este blog y buscaremos darte las mejores soluciones para que tus finanzas estén sanas.
Nos han compartido en múltiples ocasiones que las deudas no son buenas y que solamente representan desorganización o caos en nuestras vidas financieras. Es un hecho que el no saber elegir nuestras deudas nos llevará a caminos inhóspitos donde peligra nuestra estabilidad económica, emocional y hasta personal.
El tener unas finanzas sanas implica realizar un plan financiero realista y tener presente nuestras capacidades de pago, pero también conocer qué tipo de deudas tenemos.
¿Cómo diferenciar entre deudas buenas y malas?
Las deudas “buenas” son aquellas que brindan beneficios a largo plazo debido a los objetivos que te planteaste con ellas y el modo de su operabilidad; sin embargo, de no saber tratarla se puede convertir en una deuda mala.
Como ejemplos de deudas buenas tenemos para ti:
- Deuda o préstamo de apalancamiento para invertir o potenciar un negocio.
- La hipoteca de tu hogar.
- Adquirir un auto que puedes poner a trabajar.
- Pagar un seguro de gastos médicos mayores.
- Pagar un esquema educativo como cursos o maestrías.
La deuda mala se refiere a aquellas que adquirimos por medio de productos o servicios que no se pueden pagar de contado y que nos ofrecen muy pocos beneficios a largo plazo. Esto es porque estaríamos devolviendo cantidades de dinero específicas acompañadas de intereses por un periodo de tiempo largo en donde financieramente estaríamos desequilibrados. No nos ofrecen ningún tipo de rentabilidad y sólo nos generan problemas financieros.
La Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicio Financieros (Condusef) considera que los errores más comunes que cometemos en temas de dinero manejar mal nuestras finanzas, lo que nos lleva a convertir deudas buenas en malas.
Por eso, antes de adquirir una deuda o de realizar alguna adquisición, lo primero que debes plantearte es: ¿realmente lo necesito? ¿Cuento con capacidades de pago? ¿No sobrepasa mis ingresos? Así, podrás estar seguro de tu decisión y planes de pago, piensa que al tener deudas siempre corremos riesgos.
Consume responsable, no compres por encima de tus posibilidades de pago, procura pagar más alla del mínimo de tus tarjetas de crédito y no compres bienes perecederos con crédito.
El no elaborar un presupuesto o adquirir bienes con altas tasas de interés, por mencionar algunos te lleva directo al camino de las deudas malas.
Mejor cuida tus finanzas, trata de seguir tu plan financiero y tu presupuesto al pie de la letra, haz un consumo consciente y comienza a distinguir las deudas malas de las buenas.
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